(...)
(¡Ay mi vida!
¡Siempre te amaré!)
Aunque me arranquen la vida,
aunque causen mil heridas,
nunca podrán evitar,
que yo sea el dueño de tu amor.
Sé que hay poderes tan fuertes,
como el que tiene el dinero,
pero ni eso ni nada,
podrá alejarme de ti.
La vida a mí me ha enseñado,
que no hay batalla perdida,
que mientras esté parado,
puedo ser el vencedor.
Por prejuicios de la gente,
de mí quieren alejarte,
pero voy a demostrales,
que aquí manda es el amor.
CORO
Quiero que comprendan,
que el amarte,
y que me ames,
es la bendición del cielo.
Que ha mandado Dios,
y sólo él,
sólo Dios de mí te aleja.
Que mueran de envidia,
los que juran,
y te dicen que soy malo.
Que yo te amaré,
te amaré toda la vida,
que yo te amaré,
ay, toda la vida.
(...)
Hay cosas que nos lastiman,
y nos dejan sinsabores,
pero cuando el hombre es fuerte,
todo puede soportar.
En ti encontré lo más lindo,
fuiste aquel lindo lucero,
que me alumbró en la penumbra,
y me supo acompañar.
Quiero dar ejemplo al mundo,
con el amor que yo siento,
y si un día dan premio nobel,
por amarte ganaré.
Qué ilusos los que ahora piensan,
que con cuentos y mentiras,
pueden acabar lo nuestro,
con las ganas quedarán.
CORO
Quiero que comprendan,
que el amarte,
y que me ames,
es la bendición del cielo.
Que ha mandado Dios,
y sólo él,
sólo Dios de mí te aleja.
Que mueran de envidia,
los que juran,
y te dicen que soy malo.
Que yo te amaré,
te amaré toda la vida.
Que yo te amaré,
te amaré toda la vida.
Que yo te amaré,
te amaré toda la vida.