REBELDÍA
Señor no estoy
conforme con mi suerte
ni con la dura ley
que has decretado
pués no hay una razón
bastante fuerte,
para qué me hayas
hecho desgraciado.
Te he pedido justicia,
te he pedido,
que aplaques mi dolor,
tal vez mi pena
y no has querido oírme
o no has podido,
revocar tu sentencia
en mi condena.
Casi nada te debo,
no me queda,
sino un amor
inmensamente triste
ya saldaré mis cuentas
cuando muera
devolverte la vida)
que me diste. ) Bis.