La tempestad,
Busca mis labios, quiere llegar, hasta el pasado,
Abriendo una herida, que aún sangra mentiras,
Por ti y por mí.
La tempestad, puso los ojos,
En la quietud, de mis despojos,
Subió la marea, con la luna llena,
Y el duende, del odio, actuaba por mí.
Y me tragué tus besos,
Veneno envuelto en flor,
Y me busqué en tus huesos,
Para encontrarme en tu dolor,
Hasta que con el alma hecha jirones,
Vertí mi corazón, para perderlo en tus pezones,
Y me quedé vacío, como la primera vez.
La tempestad,
Hundió mi barca, bajo el coral de tusa almohadas,
Y me odio más que nunca, y te extraño como siempre,
Y no entiendo, como habiendo tantas otras,
Me volví a perder en ti, no.
Y me tragué tus besos,
Veneno envuelto en flor,
Y me busqué en tus huesos,
Para encontrarme en tu dolor,
Hasta que con el alma hecha jirones,
Vertí mi corazón, para perderlo en tus pezones,
Y me quedé vacío, como la primera vez, que te lo di.
Y me odio más que nunca,
Y te extraño como siempre,
Y no entiendo, cómo habiendo tantas otras,
Me volví a perder en ti,
La tempestad.