Letra de Anidando liendres, Enrique Bunbury**



Comienza el espectáculo, imaginando 
las partes más privadas de tu anatomía, 
rogando ofertas a los dioses de rodillas. 
Continúas con miradas asesinas 
de felina ofendida, 
encantada de conocerte, 
elevando la frente. 

La química en peligro 
y el vestido, de pecadora profesional. 
De puta o de beata, 
encantadoras ambas. 
Dime con quien andas, 
te diré con quién acabas 

Anidando liendres, 
Anidando liendres. 

Te entregas a los dioses. 
A los hombres no los nombres. 
Al menos esta noche, 
perderás la intimidad. 

La discreción es una gran cualidad 
que escasea en estos días 
de amores de revista de papel cuché. 
La oferta y la demanda, es la que manda, 
y tal como anda la santa madre, 
más vale tarde que mañana. 
Que no se te vaya la gana 
ni el murmullo del ron, 
que podemos hacer tanto amor estando juntos 

anidando liendres, anidando liendres. 

Sería absurdo, tal como está el mundo, 
desperdiciarnos así, 
que para la guerra tenemos a Bush. 
Para la paz estamos los voluntarios, 
misioneros del pubis y el brasier, 
peregrinos de princesas sin castillo, 
caballeros del santo grial 
y de la gran cruzada, 
siempre inacabada de tu causa. 
No seas falsa, que no lo eres, 
y entrégate a los placeres, 
que no son sólo míos, 

anidando liendres, anidando liendres, anidando liendres, anidando liendres.

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