Acostumbrado como estaba yo, siendo el niño que ahora ya no soy, a ser feliz sin presentir su luz.
En poco tiempo yo me convertí en la sombra de quien antes fui. No sé vivir si no oigo más su voz.
De rubores se tiñe mi ser, aunque no me toque ni la piel. Que cada cual aguante su cruz.
Recuerdo el día que le oí decir que este amor ya no tendría fin. No hay nadie más, tan sólo pienso en tí.
Tengo el alma envuelta en cristal, me sobran fuerzas para gritar que no tienen razón, si esto no es amor.
Tengo el alma envuelta en cristal, me sobran fuerzas para gritar que no tienen razón, si esto no es amor.
Y tanto es lo que me hace sentir, que ahora forma ya parte de mí, y no soy feliz si no siento su luz.
Los que inventan otra realidad, nunca se han parado ni a pensar que entre los dos no cabe más amor.
Tengo el alma envuelta en cristal, me sobran fuerzas para gritar que no tienen razón, si esto no es amor.
Tengo el alma envuelta en cristal, me sobran fuerzas para gritar que no tienen razón, si esto no es amor. Que no tienen razón si esto no es amor.
Tengo el alma envuelta en cristal, me sobran fuerzas para gritar que no tienen razón, si esto no es amor.
Tengo el alma envuelta en cristal, me sobran fuerzas para gritar que no tienen razón, si esto no es amor. Que no tienen razón si esto no es amor.
Tengo el alma envuelta en cristal, me sobran fuerzas para gritar que no tienen razón, si esto no es amor.