Allí está el reloj,
no hay quien lo detenga,
allí está esa puerta
por donde tú mañana tendrás que salir...
Allí está esa silla,
parece decirnos,
que ya se hace tarde
y que cada minuto hay que aprovechar,
y hasta se respira en el aire un adiós,
que ninguno de los dos se atreve a decir...
El tiempo transcurre,
no hay quien lo detenga,
después un abrazo
que dicta un adiós que no tiene palabras,
y todo es más triste cuando la ventana
anuncia la alborada...
Yo quedaré,
como el humo que no viene ni va,
como esa barca que quedó a la deriva
y no tiene piloto, ni sabe a donde va,
ahora vístete y te marchas,
vete con el sol...
Yo quedaré,
como el humo que no viene ni va,
como esa barca que quedó a la deriva
y no tiene piloto, ni sabe a donde va,
ahora vístete y te marchas,
vete con el sol...
Yo pregunto el por qué,
tú me dices que calle,
consolándome un poco me dices
"Quizá un día nos volvamos a ver..."
Yo no entiendo qué pasa,
y maldigo al destino,
tú tendrás tus razones para marcharte,
las tengo que aceptar,
pero cuando esté solo y quiera abrazarte,
amor, dime qué voy a hacer...
Te vas muy despacio,
llevas la maleta,
además de tus cosas,
van allí dentro mil recuerdos de amor,
y dando la espalda te marchas
llevando una lágrima que de tus ojos brotó....
Yo quedaré,
como el humo que no viene ni va,
como esa barca que quedó a la deriva
y no tiene piloto, ni sabe a donde va,
ahora vístete y te marchas,
vete con el sol...
Yo quedaré,
como el humo que no viene ni va,
como esa barca que quedó a la deriva
y no tiene piloto, ni sabe a donde va,
ahora vístete y te marchas,
vete con el sol...