TOMANDO CAFÉ
Te veo tomando café, como desde hace tantos años,
y me resulta inevitable decirte que te amo.
Que se me antoja recordar, el juego que hemos olvidado,
que por debajo de la mesa, se envolvieron nuestras manos
y rodar y rodar por el suelo,
enredado en la maraña de tu pelo
y levantarnos para hacernos monumentos,
al amor, a la lujuria y al deseo,
y verte sonreír, con ese gesto de quien sabe que ha pecado,
Y volver a sentir, esas piernas que se doblan de cansancio.
Te veo tomando café, como desde hace tantos años,
y se me hace agua la boca y te me sigues antojando.
Me dices no sé bien qué, mientras yo estoy en otro lado,
imaginando que tu boca se abre y me va tragando
y rodar y rodar por el suelo,
asomándome al vacío de tus pechos,
y adentrándonos para hacernos monumentos,
al amor, a la lujuria y al deseo
y verte sonreír, con ese gesto de quien sabe que ha pecado,
y volver a sentir, las rodillas y los codos lastimados.