Yo no puedo olvidarme
De aquel día
De mi conversión
No se me olvida
Todavía siento
Esa bendición
Como el primer día
El Espíritu Santo
Llena nuestras vidas
Llena nuestro ser
Como en aquel día
Déjame sentir
Un Pentecostés
Como en aquel día
Hunde en mis labios
Y mi lengua se goce en el
Usa a mi vida
Mi alma
Pertenece a El
Y la zarza ardía
Dentro de mi pecho
Y en mi corazón
Algo se movía
Todavía siento
Esa bendición
Como el primer día
El Espíritu Santo
Llena nuestras vidas
Llena nuestro ser
Como en aquel día
Déjame sentir
Un Pentecostés
Como el primer día
Hablando: En aquel día, todos estaban unánimes, cuando se repartieron, las lenguas de fuego, y cada uno les oía hablar, según en sus propias lenguas.
Y la zarza ardía
Dentro de mi pecho
Y en mi corazón
Algo se movía
Todavía siento
Esa bendición
Como el primer día
Hunde en mis labios
Y mi lengua se goce en el
Usa a mi vida
Mi alma
Pertenece a El