La vida a veces te puede sonreír, o echarte una mala mirada. Pero nunca podrá, quitarte la sonrisa de la cara.
El vivió huyendo de la justicia y robando a gente que lo merecía.
Manuel cogía su guitarra y se ponía a cantar, su vida que mal le iba. Vivir así otra vez, sería fatal.
Aunque al coger su guitarra el se sentía feliz, solo con ver a los niños jugando, Manuel ya podía sonreír.
Pero un mal día murió, y en su esquina el ya no estaba. La gente cuando pasaba no se acordaba de que hay estaba él.
Lo único que quedo de Manuel fue su triste guitarra, y esta humilde canción que él escribió en su cartón.
Su esquina ya está ocupada, el cartón se perdió, su guitarra rota. Solo queda su canción.
Su esquina ya está ocupada, el cartón se perdió, su guitarra rota. Solo queda su canción.
Su esquina ya esta ocupada, el cartón se perdió, su guitarra rota?????solo queda su can-ci-ón.